INTRODUCCION.
Para efectos de esta clase debemos hacer notar que
estaremos abordando el tema de los profetas literarios, es importante señalar
que los profetas han desarrollado su papel desde la fundación de la tierra
comenzando esta labor con el mismo Dios creador, al ser el primero en
manifestar su voluntad al mismo hombre cara a cara, luego podemos ver una lista
de profetas que utilizaron la tradición oral como herramienta para cumplir la
labor profetica, dentro de estos profetas podemos señalar:
· Abraham
· Isaac
· Jacob
· Elias
· Eliseo
De estos como muchos que fueron anteriores a los
profetas literarios, no podemos tener una fecha exacta de su participación y es
de hacer notar que existen diferentes posiciones o escuelas que sostienen
diferentes argumentos para defender sus posiciones.
LOS PROFETAS LITERARIO.
Presentaremos a continuación un orden cronológico en
los cuales tomamos una posición en base a las evidencias internas y externas
que nos permiten clasificar a los profetas literarios, existen muchas
posiciones en base a criterios propios teologicos.
De las fechas adscritas a los profetas como son dadas
abajo, la primera es la que ha de recordar la clase como la aceptada
actualmente.
De esta manera presentamos la clasificación siguiente:
1./ SIGLO
NOVENO----Periodo Asirio temprano.
A.- ABDIAS, 848 AC
(Otras posiciones lo ubican en el 586a.C)
B.- JOEL, 830 AC
(Otros lo ubican entre 450 y 350 en el imperio Persa)
C.- JONAS, 790-750AC
(Otros lo ubican en el siglo VI o V AC)
II. SIGLO
OCTAVO-----Periodo Asirio.
A.- AMOS, 755 AC
B.- OSEAS 750/725 AC
C.- ISAIAS, 740/700
AC
D.- MIQUEAS, 735/700
AC
III. SIGLO
SEPTIMO------Periodo caldeo.
A.- JEREMIAS, 626/586
AC
B.- SOFONIAS, 630/625
AC
C.- NAHUM, 625/612 AC
D.- HABACUC, 605 AC
IV. SIGLO
SEXTO------El Exilio.
A.- EZEQUIEL, 593 AC
B.- DANIEL, 605/536
AC
V. SIGLO QUINTO-----DESPUES DEL
EXILIO.
A.- HAGEO, 520 AC
B.- ZACARIAS, 520/518
AC
C.- MALAQUIAS, 440 AC
ABDIAS.
ABDIAS:
“Siervo de Jehova”
Observaciones
Generales:
1.- Abdias es el mas corto de los libros del Antiguo
Testamento
2.- Fecha probable 845 a.C.
3.- Este libro lleva como mensaje principal el castigo
a las naciones que oprimieron a Israel, en especial a Edom, por su traición a
Juda.
4.- Hubo por lo menos cuatro ocasiones en las que Edom
ayudo al saqueo de Jerusalem y de Juda. Fueron:
a.- Durante el reinado de Joram (853 a.C. 2 Cr. 21:8)
b.- Durante el reinado de Amasias (796 a.C. 2 Cr.
25:11)
c.- Durante el reinado de Acaz (735 a.C. 2 Cr. 28:16)
d.- Durante el reinado de Sedequias (597 a.C. 2Cr.
36:11)
BOSQUEJO GENERAL.
I. Se decreta la destrucción completa de Edom,
vers. 1-16
II. Exaltacion de
Israel, El reino de Jehova ha de ser establecido en el Monte de Sion, vers.
17-21.
BOSQUEJO PROFETICO.
I.
El castigo de Edom, vers. 1-14
II.
El dia de Jehova, vers. 15-18
III.
La victoria de Israel, 19-21
COMENTARIO.
Uno de los temas principales
que deben ser abordados al estudiar el libro de Abdías, es principalmente su
carácter profético, dentro de este libro podemos encontrar dos tipos de
profecías, primeramente vemos una a la cual le llamaremos, ya cumplida, y es la
concerniente a Edom, del versículo del 1/9, vemos que el país de Edom, donde
vivían los descendientes de Esaú, hermano gemelo de Jacob, se situaba al
sudoeste de Judá.
Los edomitas y los israelitas eran enemigos desde el tiempo
en que los israelitas llegaron a la Tierra prometida (Nm. 20.14-21), el profeta
Abdías, en nombre de Dios, anuncia que Edom seria destruido.
Los juicios contra Edom, se
pueden resumir de la siguiente manera:
a.- A causa de la ingratitud de su
corazón. (1:1-9)
b.- Debido a su actitud tan traicionera
(1:10-16)
Algo que es importante hacer resaltar que del versículo diez, podemos notar un cambio en el sentido de la
escritura manteniendo una aparente reivindicación o surgimiento de Edom, contra
Jacob.
El escritor parece retomar el tema de discordia de los hermanos, cuando
en los versículos anteriores se anunciaba un aniquilamiento total (1:9), es
aquí donde veremos el segundo tipo de profecía a la cual llamaremos, profecía
tribulacionaria o del tiempo de la tribulación, aunque mucho toman la
profecía hasta el versículo 15.
Es necesario comprender que hay un marco de
hechos que tienen que suceder para ese surgimiento del, día de Jehová, esta parte
es la que se nos explica en los versículos del 10-14, donde el surgimiento de
la sedición del Armagedón, se dará a través de sus propios hermanos, los cuales
no escucharan la predicación del evangelio del reino y por lo tanto estarán contra
los de Jacob.
Luego vemos la frase que da peso a la profecía, el día
de Jehová, haciendo alusión directa a la guerra de Gog y Magog, donde
con brazo de hierro serán aniquilados aquellos que levante guerra contra Jacob,
para luego hacer alusión a la transición del reino milenial(vers. 21).
NOTA IMPORTANTE:
ALUMNOS DEL COLEGIO BAUTISTA DE TEOLOGIA DE EL SALVADOR, SE LES PIDE QUE LEAN EL LIBRO DE JOEL Y JONAS PARA LA PROXIMA CLASE.
El
profeta Joel
3 capítulos
Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el
libro
El propósito del libro
Peculiaridades
Resumen del contenido
1.
Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro
El primer versículo indica que Joel (= Jehová es
Dios), hijo de Petuel, es el autor de este breve libro. Además de esta breve
mención, no conocemos otros detalles acerca de Joel y de las circunstancias de
su vida. Se ha conjeturado mucho para tratar de precisar en qué época vivió
Joel. Algunos estudiosos afirman que el libro fue escrito aproximadamente en el
siglo IV a.C., o quizá antes. Otros expositores piensan que Joel vivió durante
el siglo IX a.C., probablemente en el tiempo de Joás, rey de Judá.
Una enorme plaga de langostas y una terrible
sequía fueron los eventos que dieron la ocasión para que este libro fuera
escrito. Sin embargo, tales incidentes son tan frecuentes en el oriente que
nadie puede partir de ellos para determinar el marco histórico en que
sucedieron. Las Sagradas Escrituras guardan silencio en cuanto al tiempo en que
fue escrito este libro, por lo tanto, nosotros debemos respetar dicha omisión.
2. El
propósito del libro
La profecía de Joel marca un amplio círculo que
abarca desde las calamidades de su época hasta el tiempo futuro en que el
pueblo de Dios será oprimido y, luego, restaurado y bendecido en el día de
Cristo. De manera que Joel bien puede ser llamado el profeta del día de Jehová.
Este día está nombrado cinco veces en el libro de Joel (ver punto 3,
Peculiaridades).
La gran plaga de langostas y la sequía eran
castigos de Jehová. Moisés y Salomón ya habían profetizado acerca de estos
juicios (Deuteronomio 28: 38-39 y 1.º Reyes 8:37). Sin embargo, el pueblo no
reconocía que dichos castigos provenían de la mano de Jehová. Por esto, en el
capítulo 1, el profeta se dirige a los ancianos y a los sacerdotes
exhortándoles a que se lamenten y a que se arrepientan.
El capítulo 2 muestra una visión ampliada. Ya no
sólo vemos langostas, sino también un ejército de enemigos que invaden la
tierra desde el norte y la destruyen. La trompeta suena en Sion como una alarma
y el pueblo se arrepiente. El día de Jehová viene, y Él mismo salva a su pueblo
del ataque del ejército del norte. La tierra no sólo es bendecida con la lluvia
temprana y con la tardía, sino también con el Espíritu Santo que es derramado
sobre toda carne. Aun cuando Pedro, en Hechos 2: 16-21, haya proclamado las
palabras de Joel casi textualmente, el cumplimiento de esta profecía es aún un
hecho futuro.
El último capítulo describe el juicio de las
naciones, hecho que sucederá en el valle de Josafat, en el día de Jehová. Este
capítulo nos enseña también acerca de la plenitud de la bendición del Milenio.
3.
Peculiaridades
El día de Jehová
El día de Jehová se encuentra mencionado en el
libro de Joel cinco veces: 1:15; 2:1,11,31; 3:14. En el Antiguo Testamento, es
el día del ardor y la ira de Jehová (Isaías 13:9; Sofonías 2: 2 y 3), día en el
que Él combate contra sus enemigos (Ezequiel 13:5). Algunas veces, este día es
mencionado como muy cercano (Isaías 13:6; Ezequiel 30:3; Abdías 15; Sofonías 1:
7 y 14). Pero, antes de que este día llegue, Elías, el profeta, será enviado
(Malaquías 4:5; Lucas 1:17; Marcos 9: 11-13).
En el Nuevo Testamento, el día de Jehová es
llamado el día del Señor (1.ª Tesalonicenses 5:2; 2.ª Tesalonicenses 2:2; 2.ª
Pedro 3:10). El día del Señor indica el punto de partida del período que
comenzará con la aparición gloriosa de Cristo junto a sus santos. Él vendrá entonces
para juzgar las naciones y para establecer Su glorioso reino de paz (Mateo
25:31-46; Apocalipsis 19:11-21). La segunda carta a los Tesalonicenses,
capítulo 2:2, nos enseña que el día del Señor estará precedido por una
apostasía total de la Cristiandad y por la manifestación del Anticristo, el
hombre de pecado. El día del Señor, con todos sus juicios, vendrá como ladrón
en la noche (1.ª Tesalonicenses 5: 2,4; 2.ª Pedro 3:10).
Este es el motivo por el cual no debemos
confundir el día del Señor con la venida del Señor a buscar a sus santos, lo
cual sucederá al final del actual período de gracia (Juan 14:3; 1.ª Corintios
15:51-58; 1.ª Tesalonicenses 4:15-18). Este último es el evento que los
creyentes del día de la gracia esperan (1.ª Tesalonicenses 1:10; Apocalipsis
3:11; 22:7, 12, 20).
4.
Resumen del contenido
• Joel 1: Marco histórico: Langostas y sequía.
• Joel 2: Contenido simbólico: El ataque de los ejércitos
del norte.
Joel 3: El día de Jehová:
Juicios y bendiciones.
Es importante hacer notar la palabra efusion, la cual implica el derramamiento de un liquido especialmente de sangre, en un estado constante.
El derramamiento del Espiritu Santo, es un evento no solo visto por Joel, a continuacion citamos otros pasajes:
- Is 32:15
- Is 44:3
- Ez 36:26-27
- Ez 39:29
Al referirse en toda carne estaba haciendo la aclaracion de un hecho completamente terrenal, con lo cual se diferenciaba el papel del Espiritu Santo en el antiguo testamento con el que realizaria en el nuevo testamento, su relacion seria de persona a persona.
El Espiritu de Dios, sera derramado sobre toda carne (2:28-32). Debemos notar que el evento citado en este pasaje no es un hecho aislado sino previsto en el plan de Dios, percibido desde Moises.
Pedro citaria este pasaje mas tarde en el dia de Pentecostes (Hch 2:16-21), no lo hizo indicando que Pentecostes fuera el cumplimiento de la profecia de Joel, sino mas bien un ejemplo de la misma.
El
profeta Jonas.
1.
Marco Historico.
No se sabe quien escribió el
libro y nada sabemos acerca de Jonas, mas alla de lo que aparece en 2 R 14.25,
el autor, se refiere a Jonas como a un personaje histórico. Se habla de su
ciudad natal, y se nos da el nombre de su padre y del rey bajo el cual sirvió.
Jesus testifico de Jonas como
de un relato literal(Mt. 12:38-41; 16:4; Lc 11:29-32)
Para cuestión de estudio colocamos
en el tiempo a Jonás en el ano 780-750 a.C. pero algunos lo ubican en el siglo
VI o V a.C.
2. Introducción.
- Básicamente podemos decir que el Libro de Jonás, recoge la historia de un profeta desobediente y no muy compasivo.
- La historia es simple e increíble, lo cual a provocado diferentes interpretaciones:
1.- La interpretación mitológica.
Los cuales ven el relato como un cuento influenciado por un relato mágico o
liberal.
2.- La interpretación alegórica o
parabólica. Desde este punto de vista el libro es simplemente visto como una
amplia parábola, se dice que seria incorrecto tomar como algo literal el pasaje
que relata el profeta ya que sale de la realidad, mas bien es necesario sacar
la interpretación de este, como una lección de moral para Israel.
3.- La interpretación
histórico-literal. Solo este puede ser el punto de vista correcto:
a.- El relato presenta un hecho
histórico real los nombres de las ciudades y los personajes son comprobables.
b.- El libro de Reyes lo
respalda.
c.- Jesús lo cita como un
relato literal.
3.
Mensaje.
La mención de Amitai, el padre de Jonás (1.1), es la única noticia que el
libro de Jonás (=Jon) facilita para la identificación personal del
profeta. Es la misma información que se halla en 2 R 14.23–25, donde se añade
que Jonás vivió en tiempos de Jeroboam II, rey de Israel (783–743 a.C.). Sin
embargo, de un modo diferente al habitual de prestar a la figura del profeta
una atención meramente circunstancial (cf., p.e., Is 6.5; Jer 7.1–15; 26.1–19;
Os 1.2–3.5; Am 7.10–17), el libro de Jonás, escrito probablemente mucho más
tarde, consiste de principio a fin en una especie de relato biográfico. Se
trata de la peripecia protagonizada por el propio profeta, un hombre que, en
contra de sus deseos, es enviado por Dios a cumplir fuera de Israel, en Nínive,
la lejana capital del imperio asirio, el arduo cometido de anunciar a sus
habitantes que en el término de cuarenta días la ciudad sería destruida (3.4).
La narración propone a Nínive como paradigma del pecado. A los ojos de
Dios, la maldad ha crecido allí (1.2) hasta el punto de que su inminente
castigo ya ha sido decretado. La gravedad del asunto convierte en sumamente
delicada la misión del profeta. Este, consciente del problema, busca en la
huida la manera de zafarse de su responsabilidad, y en vez de emprender hacia
oriente el camino que conducía por tierra a la capital de Asiria, se embarca en
una nave rumbo a Tarsis, hacia occidente, para escapar «de la presencia de
Jehová» (1.3).
Desde la perspectiva de su negativa a cumplir el mandato divino, Jonás
puede ser comparado a otros profetas del AT que igualmente se resistieron a
aceptar la misión que Dios les encomendaba. Moisés, Elías, Jeremías y otros,
apelando a posibles razones de incompetencia, debilidad o temor, trataron, lo
mismo que Jonás, de evitar la responsabilidad que Dios cargaba sobre sus
hombros.
Pero probablemente fue Jonás el profeta que con mayor tenacidad mantuvo su
resistencia. Y cuando se vio forzado a ir a Nínive y comunicar el mensaje de
que era portador, lo hizo con enojo, llegando al extremo de lamentar
amargamente la salvación de la ciudad a la cual había él anunciado la
inminencia del desastre. Le dolió que los ninivitas se convirtieran de su mala
conducta, y que Dios se volviera atrás «del mal que había anunciado hacerles, y
no lo hizo» (3.10). Porque Jonás, que no había tenido miedo de confesar su
nacionalidad y su fe (1.9), e incluso que no había dudado en ofrecer su vida
para que otros se salvaran (1.11–12), temía en cambio la pérdida de su
prestigio de profeta, temía quedar mal ante los ojos de los demás. Y prefería
la muerte a seguir viviendo tras lo que él consideraba el fracaso de su misión
(4.1–3).
Por otra parte, en la figura de Jonás se descubre al israelita estrecho de
miras, para quien la salvación es un privilegio otorgado por Dios en forma
exclusiva al pueblo judío. Pero precisamente el desarrollo del relato conduce a
la conclusión opuesta de que Dios no hace diferencias entre un ser humano y
otro. Esta es la actitud que el profeta no entiende en Jehová, en «su Dios», al
que él oraba «desde el vientre del pez» (2.1). Sin embargo, en esa su
incapacidad de comprender el valor universal del amor de Dios radica la
extraordinaria fuerza dramática del libro. Todos, se trate de judíos o de
gentiles, son objeto por igual de la misericordia de Dios; y todo pecador que
se arrepiente y cambia de conducta tiene la puerta abierta a su perdón (1.16;
3.10; 4.10–11.- Cf. Jer 18.8; Ez 18.23, 31–32).
Este libro tiene un notable valor simbólico, recogido por el NT en las
palabras de Jesús acerca de la «señal de Jonás». Al pedirle algunos escribas y
fariseos que hiciera una señal milagrosa, Jesús, relacionando su propia muerte
con la historia del profeta, les responde que ya no habrá otra señal que la de
Jonás (Mt 12.40).
4. Bosquejo
1. Jonás huye de Jehová (1.1–16)
2. Oración de Jonás (1.17–2.10)
3. Nínive se arrepiente (3.1–10)
4. El
enojo de Jonás (4.1–11)
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